Escribir historia es el doble del trabajo: básicamente tienes que escribir dos libros en uno, debes conocer la historia, luego borrar mentalmente todo lo que sabes, porque los personajes no saben lo que va a pasar, y quiero reproducir ese sentimiento de vivir EN la historia, esa ansiedad, pero también la sensación de posibilidad. Así vivimos en la historia.
Al escribir sobre el pasado, tienes que hacerlo todo bien, no conoces ese mundo. ¿Cómo funcionaban los teléfonos? ¿Podrías salir de un tren entre vagones? ¿Qué música se reproduciría en una fiesta de fin de año en 1916? Los manifestantes en una manifestación cantaban canciones revolucionarias, pero ¿qué canciones? ¿Cuáles son las palabras, cuál era la música, qué decían las pancartas?
Es mucho trabajo. Y es solo la textura de la vida, también tienes que escribir la novela, las personas, su vida interior.
Acércate con cuidado.
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