El príncipe de Blancanieves (Cenicienta, Rapunzel, La bella durmiente y una variedad de otros cuentos) es la caballería que se apresura al final de la historia y salva a la niña. Es el símbolo del patriarcado que mantiene el status quo y, aunque es benevolente, se asegura de que el equilibrio de poder esté en el lado masculino. También demuestra la vulnerabilidad del hombre de no poder resistir la belleza, y en este caso, la belleza de una mujer aparentemente muerta … ¿una necrofílica, tal vez?
Ninguna de estas chicas son heroínas porque hacen poco o nada para salvarse del estado al que se han visto obligadas. Son damiselas en apuros que solo pueden salvarse si se casan bien, y ¿quién mejor para casarse que el heredero aparente? Es curioso cómo el príncipe nunca es el segundo o tercer hijo, uno que no heredaría el reino, excepto en las historias en las que el rey expone a los hermanos a encontrar cosas imposibles y el más joven gana.