¿Cómo afectaron a tu vida novelas como Atlas Shrugged y The Fountainhead de Ayn Rand?

En mis días de universidad cuando leí The Fountainhead por primera vez, encontré las ideas revolucionarias, los personajes fascinantes y la trama cautivadora. Como resultado, leí cuatro libros de Ayn Rand seguidos. Fue una especie de primera autora que me atrajo a la lectura de novelas.

En un análisis más detallado y maduro, lo que parecía revolucionario y pionero en primera instancia parecía engañoso. El autor parece haber creado el mundo al revés. Hasta ahora, las grandes cualidades conocidas, como la bondad amorosa, el servicio desinteresado, están hechas para parecer malvadas y las cualidades como el egoísmo, el egoísmo, la actitud indiferente, son ensalzadas. Por ejemplo, Howard Roark se crea a imagen de un hombre perfecto. Es un hombre íntegro que nunca cede, nunca se compromete. Es indiferente a la opinión pública como es indiferente al éxito y al fracaso. Lo único que le importa es su ego que conserva de manera más egoísta. Por lo tanto, el egoísmo es la mayor virtud. ¿Ahora no sufre por el bien de sus creencias? ¿No sacrifica su amor por sus principios? ¿No ayuda o ama al joven escultor Steven Mellory? ¿No le importa su mentor Henry Cameron? Pero luego el autor denuncia todas estas virtudes. ¿Por qué? Porque los gustos de Peter Keating, Guy Francon, Ellsworth Toohey manipulan y usan a las personas para servir a sus fines en nombre de la compasión, la bondad de la humanidad, la fraternidad, etc.

Entonces, lo que la autora realmente hace, a través de una lógica convulsa, es que crea una falacia que, como un negativo fotográfico, hace que el negro se vea blanco y negro blanco. En realidad, la virtud sigue siendo virtud y maldad malvada. Solo los nombres se intercambian. Lo que parece impactante a primera vista deja de sorprender en un análisis más detallado.

Pero todo esto no disminuye el encanto de sus novelas. Todavía admiro las habilidades de escritura de Ayn Rand, los personajes fuertes y sus argumentos inteligentes que se aflojan un poco hacia el final. Admiro las primeras frases ‘¿Quién es John Galt?’ y ‘Howard Roark se echó a reír?’ corto y simple pero apasionante. Todavía encuentro sus escritos estimulantes thought