Hay tantos. Mis personajes favoritos son siempre los desordenados, con defectos importantes, los personajes completamente confundidos y despistados que tropiezan y se tambalean, haciendo una gran cantidad de errores antes de descubrir lo que es correcto para ellos. Puedo relacionarme con ellos muy bien.
Pero si tengo que elegir uno, tiene que ser Clementine de Eternal Sunshine de la mente impecable.
Está tan confusa todo el tiempo, pero sabe exactamente qué quiere ser y dónde quiere estar, en un momento particular. Cambia al momento siguiente, pero ella vive en el presente y hace lo que quiere hacer sin pensar en el mañana.
Es fuerte, terca e impulsiva, al mismo tiempo que deja que su esposo vea su lado vulnerable e inseguro. Mi corazón está con ella cuando le dice a Joel, debajo de las sábanas, que tiene miedo de no ser bonita, y Joel la abraza y la besa en toda la cara diciéndole que es muy bonita.
Y a pesar de todas las diferencias entre ellos, y al ver cuán opuestos extremos son sus personalidades, Clementine sabe todas esas cosas que harán feliz a Joel, algo que ni él mismo sabe. Lo cual es maravilloso, tener la capacidad de hacer feliz a la persona que amas.
Y luego están los episodios de pánico, los ataques de ansiedad, los episodios de llanto, la actitud nihilista y, al volver a la normalidad al día siguiente, Clementine es un consuelo para todas aquellas personas que pasan por cosas similares.
Es como si ella atacara a sí misma y a otras personas y creara un alboroto y al día siguiente entra en modo Zen, y te dice que todo está bien, y que solo debes respirar a través de él.
Simplemente amo tanto a Clementine. Creo que ella reside en cada mujer, en pequeñas proporciones, esperando salir.
“Era ligera y como un hada … Y sus zapatos eran el número nueve … Cajas de arenque, sin tops … ¡Las sandalias eran para Clementine! … ¡Oh, querida, oh, querida Clementina!
Apuesto a que ya me habría arañado. 😀



