Hay un código de trucos para ello.
Cuente con diálogos y emociones que solo narraciones insípidas.
- Prueba A- Entraron al pasillo con poca luz y pudieron sentir los escalofríos por la columna vertebral mientras miraban las antiguas pinturas al óleo que colgaban por todas partes; los retratos de nobles muertos brillaban a la tenue luz de las velas, listos para comerlos.
- Prueba B- Entraron en el pasillo con poca luz y se quedaron asombrados. “Me está mirando”, comentó Rehman con su voz de barítono. “El Maharajá está mirando a través de mi alma, como si quisiera destrozarme pieza por pieza, organizarlas en su estilo característico y dejarlo a los perros de la calle”. Aarav también podía sentir su miedo, porque correspondía a los sentimientos de su amigo. . Pero él no era de los que dejaban su fe; ahora no, después de todo lo que había visto. “Cabreado”, ladró al retrato del Maharajá, antes de mostrarle el dedo medio al hombre estoico y recuperar el coraje.