¿Qué es una historia que te sorprende cuando la escuchas?

Esta historia redefinió la palabra ‘Loco’ para mí. Admiramos a algunos u otros deportistas por su viaje, su fracaso, su regreso, su todo. ¡Pero este tipo rompió las barreras de la locura como nunca nadie lo ha hecho!

Un hombre del ejército de Hungría. Se creía que era uno de los mejores tiradores de pistola jamás visto en este planeta. Todos estaban seguros de su victoria en los Juegos Olímpicos de 1940. Naturalmente, como todos los ganadores, entrenó día y noche para hacer que su mano fuera la mejor en el tiro.

Pero el destino tenía otros planes para él. En 1938, en un campo de entrenamiento del ejército, una granada explotó y perdió su mano de ‘disparar’. La misma mano que había entrenado para ganar el oro. Su sueño se hizo añicos!

Tenía 2 opciones: 1. Culpar a su suerte y no hacer nada o 2. Levantarse y concentrarse en lo que todavía tenía: una mano izquierda. Sin perder tiempo, tan pronto como recibió su tratamiento médico, comenzó a entrenar su mano izquierda. Puso todo en esta búsqueda. Después de exactamente un año, regresó para demostrar su valía en el campeonato nacional. Sin saberlo, todos lo consideraron como un invitado al campeonato que había venido a animar a los participantes. Nadie tenía la menor idea de que este hombre estaba bajo entrenamiento durante el último año. Para sorpresa de todos, ganó el torneo. Pero su objetivo era claro y algo más: los Juegos Olímpicos de 1940.

Pero no fue tan fácil. Los Juegos Olímpicos de 1940 se cancelaron debido a la Guerra Mundial. Se desanimó de nuevo. Pero notó que perdió su fe y esperó ansiosamente los Juegos Olímpicos de 1944. Fueron cancelados por la misma razón … ¡otra vez! En este momento, después de perder una mano, una oportunidad y otra vez una oportunidad, ¿cómo puede uno tener la más mínima esperanza? A esta edad, su cuerpo comienza a indicarle que se rinda. Pero como dije, redefinió la locura.

De alguna manera recogió algo de espíritu y se centró en 1948. A esta edad, donde todos tenían su mejor mano y él tenía su “única” mano. ¡Él ganó el oro!

No se detuvo aquí. Se embolsó el 1952. Una vez más. ¡Creó historia al ser la primera persona en ganar dos medallas de oro consecutivas en este evento!

El hombre era ‘Karoly Takacs’. Su historia es un mensaje, alto y claro: los perdedores tienen 100 razones para explicar su derrota. Los ganadores necesitan 1 sola razón para ganar.

Lloramos por cuestiones estúpidas, por cosas que ni siquiera importarán un año más adelante. Nos falta una imagen más grande, un objetivo significativo. La verdad es que estamos atrapados en un entorno en el que carecemos de un sentido de propósito, una fuerte ambición y la capacidad de dejar pasar pequeñas cosas sin importancia.