El mejor punto de vista para contar una historia no depende del género. Depende de la relación que desee establecer entre el lector y el narrador. Una historia en primera persona establece al narrador como un personaje dentro de la historia y plantea la posibilidad de un narrador poco confiable, uno que esté sombreando la verdad a su favor. Es una forma intuitivamente natural de contar historias porque la mayoría de las personas tienen experiencia contando historias sobre sus propias experiencias. Una historia en segunda persona intenta establecer al lector como un personaje en la historia, es una elección rara para la ficción narrativa debido a la dificultad de establecer la plausibilidad de un narrador que le dice al lector que el lector estuvo involucrado en eventos que el El lector no recuerda. La tercera persona es el punto de vista más común, y viene en varios sabores, dependiendo del nivel de conocimiento pertinente a la historia que se supone que el narrador conoce.
Si la historia se centra en un solo personaje que sabe que está sucediendo lo suficientemente bien como para narrar la historia, y tiene una habilidad clara y un motivo para hacerlo al final de la historia, entonces la primera persona es una opción común. Si la historia necesita integrar información que no estaría disponible para ningún personaje, como los motivos de varios personajes importantes o detalles del mundo físico que ninguno de los personajes principales conoce, entonces uno de los POV en tercera persona Es más adecuado.