La respuesta es simple. Escribes tu historia de forma anónima. O usas un seudónimo. De cualquier manera, los lectores no sabrán quién escribió la historia.
Comencé mi carrera como escritor escribiendo historias de confesión que se publican anónimamente. Utilicé mi vida personal como parte de muchas, muchas historias, al igual que la mayoría de los escritores que se dedicaron a sus historias en algún momento u otro. Simplemente no le dicen a nadie de dónde sacaron sus ideas.
Si no quieres ser anónimo, entonces aún no tienes que contarle a nadie cuya vida estás copiando en tu historia. Simplemente no menciones la fuente de tu inspiración.
Por otro lado, si quieres que todos sepan que es tu historia, entonces tienes un pequeño problema pero no es insuperable. Sí conozco a una escritora que escribió un libro maravilloso sobre una niña gravemente maltratada: ella misma. Ella admitió libremente que no todo en la historia era verdad absoluta, pero que nunca diría dónde terminó la verdad y dónde comenzó la ficción. A ella le funcionó, pero tenía que seguir diciéndole eso a sus lectores una y otra vez. Si elige esta ruta, sospecho que su experiencia será similar a la de ella.
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Espero que esto ayude.