Para reducir la subvocacionalización, debe dejar de usar su sentido del oído para leer. Todos los ejercicios a continuación lo ayudan a reemplazar la vieja y lenta forma de leer “ver-decir-escuchar-pensar” con el hábito más rápido de “ver-pensar” de pensar los significados de las palabras.
Muerdete la lengua
Es una primera técnica básica. Es posible aplicar solo si lee muy lentamente y puede observar que está tratando de articular palabras mientras lee: murmura o mueve la lengua, consciente o inconscientemente.
Mi hijo, que solía leer muy lentamente, utilizó esta técnica con éxito.
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Ocupa tu voz interna con otra tarea
– cuente en voz alta mientras lee “1, 2, 3, 4, 5, 6” y así sucesivamente
-tararear
-usar algo simple como “la-la-la-la”
-recitar texto simple y muy memorizado
Y mi favorito: batir un ritmo mientras lees.
No tengo intención de actuar como un lunático fanático mientras leo. Leí principalmente en el trabajo o en un transporte público. Hay personas a mi alrededor la mayor parte del tiempo. Pero batir un ritmo es una historia completamente diferente. Es discreto, así que leo y acaricio mi muslo rítmicamente.
Además, el autor de mi libro de trabajo afirma que este método es el más difícil y más efectivo para reducir la subvocacionalización. Nada más que ventajas, así que lo adopté.
Solo recuerdo alguna melodía y uso su ritmo. También descubrí que escuchar un ritmo no es necesario. Viajo mucho en ruidosos trenes y autobuses. A veces, tan ruidoso que no puedo escuchar mis propias palmaditas. Pero el acto de dar palmaditas me hace concentrarme en un ritmo y escuchar el “sonido” del ritmo en mi cabeza.
Es importante usar todo el antebrazo, no solo una muñeca. Golpear transfiere una parte de su atención del sentido de la audición al movimiento de su cuerpo.
No te frustres si el arte de leer y ocupar tu voz interna te elude simultáneamente. Es normal. Perderá un ritmo centrándose demasiado en la comprensión de un texto. Superará perfectamente un ritmo, pero perderá la capacidad de concentrarse en la lectura. No tendrá idea de lo que acaba de leer después del ejercicio. Lo mismo ocurre con otras tácticas: recitar, cantar, tararear y contar en voz alta.
Subvocalisation: conclusión
El uso de una de las técnicas anteriores es obligatorio si desea mejorar su velocidad de lectura. La sub vocalización es el enemigo número uno de la lectura rápida. “Ver – decir – escuchar – pensar” es un desvío que nos han enseñado desde niños, y no te servirá en la edad adulta. Romper este desvío habitual es una experiencia molesta, pero los resultados valen la pena.
Los métodos anteriores me ayudaron a reducir mi subvocacionalización, pero no practiqué lo suficientemente diligente como para eliminarla por completo. Yo “solo” dupliqué mi velocidad de lectura.