Las obras de Shakespeare presentan las primeras instancias escritas de cientos de términos familiares.
Se cree que William Shakespeare ha influido en el idioma inglés más que cualquier otro escritor en la historia, acuñando, o al menos popularizando, términos y frases que aún surgen regularmente en las conversaciones cotidianas. Los ejemplos incluyen las palabras “de moda” (“Troilo y Crésida”), “santurrona” (“Medida por medida”), “globo ocular” (“El sueño de una noche de verano”) y “mediocre” (“As You Like It”); y las expresiones “conclusión inevitable” (“Otelo”), “en un aprieto” (“La tempestad”), “persecución de gansos salvajes” (“Romeo y Julieta”) y “uno cayó en picada” (“Macbeth”). También se le atribuye la invención de los nombres de pila Olivia, Miranda, Jessica y Cordelia, que se han vuelto comunes a lo largo de los años (así como otros, como Nerissa y Titania, que no lo han hecho).