Lee delante de ellos. Lee libros de cocina, novelas, enciclopedias, periódicos … cualquier cosa. Los niños aprenden emulando lo que ven hacer a sus padres. Entonces lee. Asegúrese de que noten / vean a otros adultos a quienes admiran leer.
Llena tu casa de libros. Lleva a tu hijo a la biblioteca. Muéstrales libros. Muéstreles lo maravillosos que son tocar, oler, sentir. Abruman sus sentidos con la belleza de los libros.
Léales a ellos. Antes de irse a la cama, siéntese junto a ellos y les lea acerca del niño que vivió. Cuando vaya de picnic, y sea la tarde y su hijo esté cansado después de correr, ponga la cabeza en su regazo y léales sobre el hombre invisible que engañó a un dragón.
Enséñeles cómo los libros también pueden ser divertidos. Al igual que la televisión. Muéstreles cómo pueden usar toda la tecnología a su alrededor para experimentar la literatura. No los alejes del mundo en el que crecen: el mundo de las computadoras. En cambio, enséñeles cómo pueden ser recursos para explorar mundos desconocidos.
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Sobre todo, dales tiempo. Déjelos adaptarse lentamente a la lectura. No los fuerces a nada. Déjelos ver, tocar, sentir, conocer y elegir.