Había un niño
Hace mucho tiempo.
Le encantaba pasear entre escaleras simples pero complejas que lo dejaban perplejo. Hizo un viaje regularmente, de ida y vuelta a la encantadora tía que vivía arriba y le hizo comer y saborear el delicioso y sabroso papad: Google Search. (Sabroso.)
Sus papilas gustativas le hicieron querer más, hasta que estuvo lleno. Su estómago gorgoteó sonidos, y luego emitió gases que, posiblemente, eran perjudiciales para el medio ambiente local.
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En un día fatídico, su madre lo atrapó encubriéndolo masticando una rodaja. Ella pellizcó los delicados lóbulos de las orejas, y él lloró de consternación, ella le gritó al considerar que no era un buen trato molestar constantemente a la tía para preparar la sabrosa.
Ella reprendió al niño y sugirió evitar tomar favores en el caso de los alimentos hasta que se lo ofrezcan por más de 10 veces.
No sea que la inocencia de un niño florezca bajo tierra.
En ese cerebro del tamaño de una nuez, era una tarea simple: “Obtener ese bloc de notas”.
De repente, el bulbo de pensamientos parpadeó, la palma se mantuvo unida, como si fuera la guerra, en preparación.
La recompensa estaba dos pisos arriba, podía oler la victoria en el aire. * Literalmente
Su determinación y determinación no tenían precedentes.
Dio un paso a la vez, como si esas patas de enano pudieran estirarse más.
Tocó tan inocentemente como cualquier otro humano de su edad. Pero, con una idea.
Cuando las puertas allanaron el camino para que apareciera la maravillosa tía. Era hora.
La tía preguntó si le gustaría tener algunos pappads.
Esto fue.
“No”, declinó.
“No compartiré esto con tu madre …”
La idea lo tentó al principio, pero …
“Ofrécemelo de nuevo”.
La tía obedeció.
Otra vez. Otra vez. Otra vez. x10.
“Mi madre me aconsejó que no aceptara favores hasta que me lo ofrecieran diez veces”.
Ella rió sin cesar. “¡Dioses!” Ella rugió de risa.
Aqui tienes.
Misión cumplida.
– ————
En caso de que te lo estés preguntando, ese chico soy yo.
Esa es mi mejor historia.
Mi madre nunca tiene suficiente de este cuento de la infancia.
Oh bien.