Lo tomé como su crítica del género de fantasía en general. Utiliza D-squared y Skraelin como metáforas de lo que él ve como ficción y basura de calidad. El apostropocalypse podría verse como el costo de fingirlo. Vale la pena señalar que a lo largo de su descripción de T’Rain hay poca evidencia de que las personas que trabajan en él realmente se preocupen por la narrativa por el bien de construir una historia de calidad. Todo está muy ideado en aras de maximizar las ganancias.
También vale la pena señalar que Anathem, que debería considerarse una novela de ciencia ficción, se hizo muy a fondo. Llegó al extremo de recopilar la historia de los diversos teoremas explicados en el libro, inventó un nuevo lenguaje y cultura, y luego los implementó con gran precisión (y notable elegancia) y luego lo relacionó con una referencia y analogía con la Tierra y cultura humana más adelante en la historia y aguantó. En contraste con una novela genérica del espacio pulpar con un equivalente aproximado de trolls, elfos y enanos.