¿Por qué me siento mejor escribiendo cuando estoy borracho?

En realidad hay algo de ciencia simple detrás de esto.

Se sabe que el alcohol tiene un efecto en nuestra memoria de trabajo (o función ejecutiva), la parte de nuestro cerebro que nos ayuda a elegir en qué concentrarnos en un momento dado y qué filtrar. Escribir, como muchas tareas creativas, implica mucho hacer conexiones abstractas y pensar fuera de la caja.

La investigación ha demostrado que nuestra capacidad de pensar sobre la información de maneras creativas o inusuales puede verse muy afectada cuando pensamos en demasiadas cosas o cuando usamos demasiado poder cerebral. El alcohol, en las cantidades correctas, puede relajar y abrir nuestras mentes lo suficiente como para permitirnos ver conceptos de nuevas maneras, alcanzar avances creativos y generar ideas de proyectos de equipo como nunca hubiéramos podido estar completamente sobrios.

De ahí la famosa frase, “cerveza para una lluvia de ideas, café para la ejecución”.

Probablemente estés menos inhibido, relajado y no tan consciente de ti mismo. Es como beber en un bar, es más probable que persigas al otro sexo. Me parece que de vez en cuando un par de copas me hacen un mejor escritor. Al menos eso pienso.

Cuando estás borracho, tu guardia está baja. Stephen King dijo una vez que la clave de una historia escrita con éxito es escribir lo que te da miedo, lo que deseas y de lo que eres más culpable, generalmente todas las cosas que aparecen una vez que te emborrachas. Lo mismo para los artistas que confían en las drogas para inspirarse en la composición de canciones, pero no del todo.

Como estás menos inhibido, la creatividad y la verdad fluyen.