En esta época de la electrónica, leer por diversión puede convertirse en un “arte perdido” si no se fomenta activamente. Algunos de mis mejores recuerdos son de mis padres que me leen (y les leen). Incluso cuando su hijo se convierta en un lector competente, le encantará que le lean por turnos. Leer en voz alta es una habilidad diferente a leer en silencio, y la práctica puede ayudar con fluidez. (Incluso algunos adultos luchan para leer en voz alta.) Ah, y voces. . . DEBES hacer las voces!
Recuerdo que me enganché con los libros de Nancy Drew cuando tenía solo 7 años, cada capítulo terminó con un suspenso que me hizo detestar dejar el libro, y eso fomentó un amor de por vida por la lectura.
Ahora que tengo nietos, nos encanta leer juntos. A mi nieto le encanta leer en voz alta historietas como “Calvin and Hobbes” y “Peanuts”. Este ejercicio puede ser un poco desafiante ya que el oyente no puede ver las imágenes y lo ha obligado a aprender la importancia de no apresurarse, de separar voces distintas, de hablar claramente, de captar un sentido del tiempo cómico. Y no hay nada como escuchar sus risitas mientras aprecia los chistes.