¿Se extinguirán los libros? ¿Por qué o por qué no?

Si por libros te refieres al paquete de papeles impresos que estamos tan acostumbrados a ver, entonces SÍ, es muy probable que los libros se extingan en el futuro. No es la forma más efectiva de almacenar el conocimiento que se transmite a las generaciones futuras. Ciertamente es derrochador y vulnerable a ser destruido. Los libros electrónicos son ciertamente más económicos, más compactos (puede almacenar cien mil libros electrónicos en un solo disco duro de 1 TB que sin duda pesaría menos que un solo libro) y más fáciles de buscar y recuperar información.

Pero si se refiere a la definición general que abarca cualquier medio para catalogar información, entonces NO. Con la tasa cada vez mayor a la que se genera el conocimiento, la necesidad de documentar todo solo aumentaría.

Pero mientras se publiquen libros, los preferiría a un Kindle o cualquier otro sustituto ya que existe un placer nostálgico asociado con pasar las páginas de un libro. Un día, alguien seguramente reconocerá esta asociación subconsciente y propondrá un dispositivo, uno que puede imitar este gesto y puede proporcionar una simulación casi realista de la lectura de un libro real.

Algo como esto.

Sí, los libros se extinguirán. Pero solo después de que la humanidad se extinga. Cuando digo humanidad, me refiero a esta bolsa de carne biológica que creemos que es superior a cualquier otra bolsa de carne en el planeta.

Mire, la escritura permitió a los humanos transmitir información de una generación a la siguiente. ¡Auge! Evolución cultural. No es evolución genética. EVOLUCIÓN CULTURAL Si esta no fue la primera evolución cultural en el universo, puedo garantizar que fue la primera vez que sucedió en este planeta. Eso cambió el paradigma. La información ya no dependía de estar atado a un código genético y el instinto resultante. De repente, la información, grandes cantidades de información, se puede transmitir simplemente escribiéndola y guardada para generación tras generación.

Escribir es importante. Pero la humanidad está a punto de cambiar. Vamos a descubrir cómo jugar con el genoma. Vamos a descubrir cómo hacer mejoras drásticas genética y mecánicamente. Por supuesto, ambas suposiciones que acabo de hacer dependen por completo de una suposición: la humanidad no se destruye a sí misma con sus propios experimentos.

Asumiendo que la humanidad no se elimina a sí misma, trascenderá la necesidad de la palabra escrita. Pero mientras exageremos demasiado los cerebros de los monos que todavía se balancean de una estación de metro a otra, usaremos libros; si no por otra razón que la nostalgia.