Tiempo y espacio.
Algunos comienzos brillan porque son grandes y calientes e intrínsecamente brillantes.
Otros brillan porque están muy cerca.
Dostoievski y Jack London, en sus diferentes formas, arrojan inmensas cantidades de luz sobre grandes áreas de la experiencia humana, de modo que cada generación (hasta ahora) haya encontrado algo nuevo y valioso en sus obras desde su época. Son las estrellas brillantes más lejanas y a medida que se alejan, vemos cada vez más lo brillantes que realmente son.
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Dan Brown y Elizabeth Gilbert se dirigen a lo que probablemente son preocupaciones muy estrechas y de corta duración: un cierto tipo de paranoia conspiracionista y la autoimagen de mujeres blancas muy ricas. Por lo tanto, las probabilidades de que duren hasta una generación más son pequeñas. Son las estrellas “cercanas” y cuando ya no estén tan cerca, todos verán cuán débiles son.
¿Qué pasa con una estrella que es realmente brillante Y muy cerca? Bueno, ahí es donde el lector es afortunado, tan afortunado como el primer público en ver las actuaciones de Shakespeare, o en esperar la próxima entrega de las novelas de Dickens, y así sucesivamente. Es posible que tenga esa suerte con uno o dos escritores en su vida. Pero también puede que te lo pierdas, piensa en Jane Austen. A primera vista, su trabajo se trata de si las mujeres jóvenes y ricas pueden hacer un matrimonio feliz en la sofocante, regimentada y pequeña sociedad de la aristocracia inglesa en la época de la Regencia. Le tomó mucho tiempo al mundo ver cuánto más había.