Cuando la mayoría de las personas escribe una propuesta de proyecto, se enfoca, naturalmente, en el proyecto y en cómo se lleva a cabo. Lo que están pasando por alto es que lo importante es el resultado. Un buen proyecto no es una belleza en sí misma, sino un medio para un fin. El segundo elemento que a menudo se pasa por alto es comprender lo que el público necesita de la propuesta, en lugar de lo que el proponente quiere aportar al proyecto. En ese sentido, existe un conflicto inmediato entre el autor de la propuesta y los evaluadores de la propuesta.
Por lo tanto, en lugar de comenzar su planificación con lo que es el proyecto, piense cuidadosamente qué diferencia se hará como resultado del proyecto, específicamente en términos que la audiencia de la propuesta pueda apreciar como relevante para ellos, su organización e incluso la sociedad. Si hay un beneficio financiero, conviértalo en el centro de la discusión, para una audiencia centrada en el beneficio financiero. Si hay un beneficio social, haga que sea el centro del argumento para una audiencia preocupada por la mejora social.
Encuentro una gran resistencia, curiosamente, a este consejo y la gente siempre quiere centrarse en el documento escrito. Creo que el documento puede compilarse fácilmente una vez que comprenda el resultado y la audiencia. La mecánica real de escribir la propuesta es relativamente sencilla, y es posible que encuentre el libro corto altamente legible de Ian Benn, Escribir para ganar exactamente la guía que necesita.
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