La gente habría escrito su libro con una pluma, un lápiz o, si tuvieran mucho dinero, en una máquina de escribir (inventada en 1808, pero había una máquina similar alrededor de 1714), la pluma estilográfica se inventó a mediados del siglo XIX y el bolígrafo en la década de 1880, por lo que hacia finales del siglo XIX la gente pudo haber usado bolígrafos, aunque las máquinas de escribir se habrían vuelto más disponibles que a partir de 1870.
Un tipo temprano de imprenta existió en el siglo XV, aunque se cree que los anteriores se utilizaron en China.
En el siglo XIX, las imprentas se desarrollaron para imprimir más y más libros para satisfacer la demanda de libros que se habían vuelto mucho más populares.
Por lo tanto, las personas habrían escrito su libro, pagado para que el libro se publicara por sí mismo o hubieran acudido a un editor al que se le habría enviado el libro a los impresores que imprimirían su libro por ellos. Para nada diferente a cómo se escriben los libros ahora.