Mi nombre es rojo por Orhan Pamuk. Es bien conocido como el libro más destacado del autor cuando ganó el Premio Nobel de Literatura en 2006.
La narrativa es única en el sentido de que no todos los narradores son en realidad personajes de la historia.
En el reinado de Solimán el Magnífico, uno de sus colegas asesina a un miniaturista. La narración comienza con su cadáver. Sus colegas también son todos narradores, aunque sin revelar cuál de ellos cometió el crimen.
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Otros narradores son las ilustraciones de los artistas. Tienen sus propias opiniones sobre las personas que los dibujaron; un caballo se queja de que en la vida real no correría con las dos extremidades anteriores extendidas, que es como se las retrata en el arte islámico.
Se supone que la narrativa de las ilustraciones da una idea de sus creadores. Finalmente, su relación con el arte ayuda a revelar al asesino.