Antes de perder la vista, usé un bloc de notas de papel estándar para anotar mis pensamientos y epifanías del día. Cuando eso ya no funcionó para mí, debido al hecho de que ya no podía leer lo que escribí, tuve que encontrar una solución alternativa.
Intenté usar mi cuaderno de notas en braille, pero no siempre lo tengo conmigo y encontrar mis notas fue un desafío.
Luego, utilicé la aplicación de notas en mi iPhone. Eso funciona para notas rápidas, pero realmente no hay una buena manera de organizar mis notas para referencia rápida.
Luego, descubrí un fabuloso programa que funciona en todos mis dispositivos Mac y computadoras. Se llama Scrivener. Es una de las aplicaciones más accesibles que he usado. Guardo todas mis notas, diarios y novelas en esa aplicación. La mejor parte es que puedo mantenerlos ultra organizados para una referencia rápida, y puedo acceder a ellos desde cualquiera de mis dispositivos. En resumen, siempre los tengo conmigo y todo es fácil de encontrar.
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En un apuro, uso la aplicación de toma de notas de audio en mi iPhone y creo un recordatorio para grabar la nota en Scrivener para que no lo olvide.
La tecnología es algo hermoso, pero nunca debemos usarla para reemplazar nuestro poder de memoria y observación. Cuando realmente aprendes algo, lo sabes instintivamente.