Bueno, yo soy esa persona que está “metida” en literatura antigua, especialmente épica.
Supongo que muchas personas aman la poesía épica y La Divina Comedia en particular por la misma razón por la que a otras personas les encantan las novelas de fantasía: lleva al lector a otro mundo inexistente, lleno de criaturas fantásticas y héroes poderosos. Se refleja profundamente con nuestro anhelo por lo sobrenatural, por los superpoderes, por el amor más allá de cualquier límite (como el amor de Dante por Beatrice). Nos hace preguntarnos qué hay allí, más allá de la muerte, más allá de la vida que vemos con nuestros ojos. Se supone que una buena pieza de literatura fascina nuestros sentimientos y es estéticamente atractiva. La Divina Comedia lo tiene todo. Es un texto innovador con una gran trama, a veces conmovedor y aterrador, está escrito en divinamente bello italiano, plantea cuestiones filosóficas de la vida y la muerte, de la presencia de Dios, de la elección y sus consecuencias. Y sigue siendo entretenido, no solo un poco de “arte” medieval. Por eso es bueno.