NO es difícil contar una historia.
En realidad, todos contamos historias todos los días cuando hablamos entre nosotros.
Inventamos historias cuando faltan a las citas. Inventamos historias para ocultar secretos y mantener nuestra privacidad. Inventamos historias a nuestros hijos para ayudarlos a dormir. Inventamos historias cuando contamos chistes.
De hecho, inventamos historias cuando recordamos cosas porque la memoria de nadie es confiable. La mayor parte son solo cosas que interpretamos de cierta manera o cosas que en el fondo queríamos obtener de la experiencia.
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Los humanos están conectados para historias. Agradecemos a las personas que pueden contar una buena historia o pueden informarnos noticias o vincular dos eventos y hacer una declaración. Piense en cuentos que escuchamos cuando la gente se jacta de sus hazañas de pesca. Piense en la forma en que estamos tratando de dar sentido a nuestros sueños y estamos tratando de que encajen en una historia lógica. Tenemos la necesidad de decirle al mundo cómo suceden, se hicieron o sucedieron las cosas. Tenemos una necesidad de lógica. Muchos documentales son historias puras sobre el mundo. Nos encantan las historias porque nos ayudan a darle sentido al mundo. Piensa en los reality shows y su popularidad. Piense en cuánto queremos que un atleta gane una competencia. Con mucho gusto seguimos su historia e informamos su historia a otros. También con gusto contamos las historias de íconos de películas y personajes famosos.
Está en nuestra naturaleza necesitar historias
La mayor parte de lo que aprendemos y enseñamos es a través de historias.
Humanos cableados para historias
La pregunta es ¿Por qué es difícil contar una BUENA historia?
Ese es otro problema por completo.
Necesitamos práctica y del tipo bueno.
Contar buenas historias es una habilidad que requiere tiempo y esfuerzo. Todo lo que es importante en la vida requiere tiempo y enormes esfuerzos, como ser bueno en algo, aprender un oficio, marcar la diferencia, ir a la escuela o amar a alguien. Si quieres convertirte en un buen narrador, debes estudiar técnicas, entender cómo agarrar a tu lector de corazón y nunca dejarlo ir, y no ser aburrido.
En los viejos tiempos, los narradores siempre estaban disponibles. Siempre había alguien especializado en contar buenas historias, informar noticias, enseñar, viajar por el país. La tradición oral era mucho más fuerte de lo que es hoy en día. Algunas personas recordaron muchas generaciones de personas en sus tribus, incluidos sus nombres, descendientes y hechos. Su trabajo era ser la biblioteca de la tribu y se transmitió. Era un trabajo como lo es hoy.
Debido a que contar historias es parte de la vida cotidiana, parece fácil y accesible. Sin embargo, es un arte, un trabajo de amor, una elección. No todos pueden ser grandes contadores de historias. No todos están dedicados. No todos tuvieron la suerte de aprender las técnicas correctas. No todos tienen la imaginación, la lógica, la sensibilidad o la memoria para contar buenas historias.