El poder siempre tiene un precio. Y con la magia elegante, es como con las tiendas elegantes: verás el precio cuando la cosa ya esté empacada y lista para funcionar.
Trabajé en un par de sistemas mágicos para juegos de rol, y obtuve algunas reglas que realmente hacían que la magia se sintiera como magia.
1. Siempre hay un precio
Siempre que se lanza magia, el taumaturgo tiene que sacrificar algo: tiempo, maná, energía vital; tiene que arriesgarse a que, si falla, le ocurra algo malo, incluso si tiene éxito. Esto evitará que tus personajes usen magia para iluminar, ya que saben que podrían perder un brazo o una pierna cuando intentan revivir a alguien.
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Puede agregar material, tiempo de lanzamiento, riesgo de fracaso y aceptación social en la mezcla.
2. La magia es impredecible.
Cada vez que quieras hacer algo con magia, hay una buena posibilidad de que algo se vaya por el desagüe. La bola de fuego se enciende con madera en la casa y el taumaturgo está ahora en una sala en llamas. El hechizo de influencia le permite a la persona asustada saber que algo está mal. El hechizo de curación no endereza el hueso, por lo que la pierna tiene que romperse nuevamente para poder ser utilizada.
3. La ley de la atracción
Usar magia ya es muy llamativo. ¿Qué pasa si hay una inquisición con un Buscador Arcano para que cada magia reciba el aspecto ” Sabes que saben dónde estás?”.
Y ahi tienes.