En su mayor parte, las personas aquí en Estados Unidos no consideran el lenguaje como un conjunto fijo de palabras y reglas. Consideramos que nuestro lenguaje es un ser vivo, lo que plantea ciertos desafíos. Cada día se inventan nuevas palabras y se cambia el significado de otras palabras para satisfacer las necesidades de los nuevos usuarios. Las redes sociales permiten que nuevos significados se propaguen a través de nuestra sociedad con relativa rapidez.
Esto puede dificultar que las personas entiendan el significado de un mensaje, incluso si es muy preciso (donde precisión significa que las palabras se usan de acuerdo con el significado de su diccionario y la estructura de la oración se ajusta a las normas aceptadas, por lo que es fácil saber qué las palabras modifican qué otras palabras en el mensaje).
Dicho esto, un buen escritor debería ser capaz de hacerse entender al conocer a la audiencia a la que se dirigirá el mensaje y comunicarse exactamente como esa audiencia esperaría que lo hiciera, utilizando sus definiciones y sintaxis.
En general, si un escritor se queja de que un lector es incapaz de entender su mensaje, me dice que, en el mejor de los casos, es demasiado flojo para poner su mensaje en una forma que pueda ser entendida por su audiencia, o en el peor, un elitista que considera que cualquiera que no haya alcanzado su nivel de educación no es digno de recibir la información en primer lugar.