En 2011 tuve cáncer de seno (carcinoma in situ) y todos los días mantenía un diario hasta que me curaba. Tenía tres pies de este hermoso cabello castaño rojizo, cada vigésimo mechón era plateado. Me encantó. Lo perdí. Tuve un cirujano fabuloso que se llamaba hebreo y significaba Dios. Le pregunté si sabía esto y dijo: “Usted es la única persona que ha hecho esa conexión. Era el hombre más compasivo que había conocido. Pasó cuatro horas conmigo solo hablando. Mi oncóloga era una mujer fabulosa que también pasó mucho tiempo hablando, dos de las personas más compasivas de mi vida. Tuve un accidente automovilístico (Dios, ustedes deben pensar que tengo mala suerte) y arruinó mi columna vertebral; entonces el libro se sienta en un cajón del escritorio. Realmente no tengo la energía para editarlo. Creo que es la emotividad … (me encanta inventar palabras;)
Y, sin embargo, acababa de publicar treinta historias y actualmente estoy trabajando en un libro de poemas que saldrá en pleno invierno.