Para mí sería The Little Prince, que resulta ser uno de los libros más vendidos de todos los tiempos, y uno de los libros más traducidos de la historia.
Escrito por Antoine de Saint-Exupéry, este libro tiene un lugar especial en mi corazón. Personalmente, me gusta leer libros para niños, ya que creo que muchos libros para niños fueron escritos para enseñarles a los niños importantes lecciones de vida, incluso si no lo entendemos cuando leemos estas historias cuando éramos niños.
Al sembrar las semillas de tal conocimiento en nuestras mentes cuando somos jóvenes, creo que nos ayuda a aprender y aceptar ciertas lecciones que podemos ser menos abiertos a los adultos al atraer a los niños que una vez fuimos, en lugar de los posibles mente adulta más orgullosa y obstinada.
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Esta creencia mía se refleja en las palabras preliminares del autor para la historia:
“… Dedicaré el libro al niño que solía ser este adulto, alguna vez. Todos los adultos comenzaron como niños (aunque pocos lo recuerdan) “.
La historia en sí es bastante sencilla y corta. Un aviador se vio obligado a aterrizar en medio del desierto del Sahara después de que su avión no funcionó, y un día se despertó con este misterioso principito pidiendo un dibujo de una oveja. A partir de aquí, el libro continúa y nos cuenta sobre el origen del principito y su viaje desde su pequeño asteroide B612 a la Tierra, así como las personas / criaturas únicas que conoció en el camino, como:
[Spoiler adelante si no eres una de las millones de personas que ya han leído este libro]
Los Baobabs, que son inofensivos y se eliminan fácilmente cuando son pequeños, pero pueden destruir la casa del principito si se les permite crecer.
La Rosa, que tiene cuatro espinas pequeñas y era muy vanidosa, echó al principito a pesar de su amor mutuo.
El alcohólico, que se avergüenza de beber, y bebe para olvidar su vergüenza.
El empresario, que está obsesionado con ser dueño de estrellas al contarlas en papeles.
El zorro, que pide ser domesticado y llorar cuando el principito tuvo que irse.
De niños, podemos ver a estos personajes como extraños y divertidos, y el viaje del principito como una pequeña aventura divertida. Sin embargo, como adultos, podemos darnos cuenta de que estos personajes son caricaturas de ciertos problemas que podemos enfrentar en la vida.
Pequeños problemas que se vuelven fatales e irresolubles, porque los ignoramos durante demasiado tiempo.
Nuestro egoísmo y ego que alejan a nuestros seres queridos, porque estamos demasiado orgullosos para mostrar nuestras vulnerabilidades.
La autocompasión que nos atrapa en una espiral descendente que no conduce a ninguna parte, porque somos emocionalmente débiles y alimentamos nuestros problemas con más problemas.
La obsesión con la riqueza que nos hace perder la noción de lo que es realmente importante, porque estamos demasiado preocupados con estos materiales efímeros.
Nuestro anhelo de amor y pertenencia, que puede terminar con dolor y sufrimiento, porque nadie puede estar con nadie para siempre.
He leído este libro varias veces y me doy cuenta de que puedo entender mejor ciertos personajes en diferentes momentos de mi vida, dependiendo de los problemas que tuve que enfrentar. Esto me dio el coraje de enfrentar mis problemas, así como la capacidad de comprender las circunstancias de otras personas y los problemas que pueden enfrentar.