La novela El señor de las moscas, de William Golding, es un ejemplo de imágenes crudas de animales. Un grupo de niños británicos varados en una isla comienza a mostrar una tendencia de comportamiento extremadamente salvaje en su lucha por la supervivencia, y regresa al estado primitivo de la humanidad cuando la vida era sin ley y solo la regla era que todos se pusieran en línea. Es importante destacar que es una exhibición de la mentalidad de la horda, y muchos de los chicos se quedan atrás del traficante de poder Jack que destruye su disciplina y valores incorporados para gobernarlos como un dictador.
En el proceso, un niño llamado Piggy, cuyos lentes se usan para encender el fuego, es asesinado y Ralph, la voz sensata, es perseguida por la manada y es rescatada por un oficial británico que acaba de aterrizar para investigar el incendio en la isla. Los gritos de “Mata al cerdo, corta la garganta, derrama la sangre” de los chicos mientras bailan al ritmo de los tambores frenéticos es animal y brutal.
Gorge Orwell’s Animal Farm es otra novela alegórica y utiliza imágenes de animales para narrar una historia de cómo “Todos los animales son iguales pero algunos son más iguales”.