Bueno los dos.
A diferencia de la mayoría de las personas que prefieren leer un libro y luego ver su adaptación cinematográfica, yo hago lo contrario.
Razón.
Ha leído y releído un libro y ha saboreado sus grandes momentos y luego, cuando ve que se reproduce en la pantalla, es inevitable no comparar casi todos los cuadros de la película con lo que había leído e imaginado. Y eso no te permite disfrutar de una película porque una película casi nunca puede estar a la altura de su libro.
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Por otro lado, has visto una película y te ha gustado y luego lees su libro y te gusta más. Ahora, cuando criticas la película con lo que se perdió, está bien, ya has terminado de disfrutarla.
Esto se aplica especialmente a mi experiencia de Harry Potter, me convertí en un entusiasta fanático de sus películas y luego, cuando leí sus libros, me enamoré totalmente de ellas.