Quizás haya solo unas pocas situaciones en las que las cosas deben ser absolutamente justas, donde la justicia pueda “sostenerse”. Por ejemplo, garantizar que cualquiera pueda recibir tratamiento en la sala de emergencias de un hospital a pesar de la cantidad de dinero que esa persona gana al año. O poder conseguir un trabajo independientemente de la religión o la raza.
La imparcialidad implica que no hay injusticia en una situación, pero lo que una persona considera justa puede parecer injusto para otra. Pueden haber muchas razones para esto. Puede ser personal o cultural. Tal vez alguien haya tenido una experiencia pasada que ahora colorea lo que considera justo. Y, debido a que no podemos controlar a otras personas o al mundo que nos rodea, la idea de que podemos exigir o garantizar que todo sea justo es poco probable.
Creo que solo es válido en situaciones limitadas, porque la comprensión de lo que es justo en la situación específica es universalmente aceptada, al menos para las personas involucradas. Pero la justicia vacila cuando surgen diferentes opiniones.
Digamos que vas a una fiesta, pero los anfitriones tienen un presupuesto limitado y restringen a cada persona a dos porciones de pizza cada una. Bueno, eso es justo, podrías pensar, excepto que todavía estás hambriento después de bajar tu segunda porción. Miras a tu alrededor y ves que algunas personas han comido su primer trozo y solo mordisquearon el segundo. ¿Por qué esa persona debería haber obtenido una segunda porción si no iba a comerla? Deberías haberlo conseguido, ¡necesitas más de dos rebanadas!
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¿Habría sido más justo que los anfitriones dieran más rebanadas a los que comen más y menos a los que no comen mucho? ¿O es justo darles a todos la misma cantidad? O si los anfitriones se aseguran de que haya suficiente comida para todos y no asignen rebanadas, ellos son los anfitriones después de todo.
Y en otros casos, podría no importar si las cosas son justas, porque el resultado injusto no es lo suficientemente dañino para que la parte con el palo corto se enoje. Esa persona recortó un cupón para ese artículo o esa persona tomó un poco más de helado en su cono que yo. Solo hay algunas situaciones en las que las cosas definitivamente pueden ser justas. No somos perfectos Tratamos de serlo, tratamos de asegurarnos de que todos tengan una porción igual, pero no siempre es posible.
Pero como dice Murakami, “la justicia es como el amor”. Incluso si no se te ofrece tanto como quieras, no hace daño darlo, amor y / o justicia, a quienes te rodean.