La estacionalidad (o no estacionalidad) es el tema que más he estado reflexionando últimamente. Obtuve este término del profesor de Harvard Gregory Nagy, quien escribe sobre él en su libro El antiguo héroe griego en 24 horas (disponible para leer de forma gratuita).
Esencialmente, hay un par de cosas que definieron lo mejor de los héroes griegos antiguos. El primero eran las habilidades sobrehumanas de algún tipo: para Heracles era su fuerza, para Aquiles su velocidad.
Pero la segunda característica que los definió fue su falta de estacionalidad , o lo que también podría describirse como las circunstancias desafortunadas de su vida. Por ejemplo, Heracles, a pesar de su pedigrí divino, estaba condenado a ser sometido al gobierno de un rey rencoroso. Aquiles, por otro lado, fue maldecido para ganar la gloria y morir una muerte joven, o vivir en paz pero morir sin que nadie recordara su nombre.
Cuando pensamos en los antiguos héroes, tendemos a pensar primero en sus increíbles logros y atributos. Pero esos atributos superiores iban de la mano con circunstancias muy graves.
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Uno recuerda la frase moderna de que “con gran poder viene una gran responsabilidad”. Pero la falta de estacionalidad de los antiguos héroes griegos fue mucho más allá de la mera responsabilidad. Los héroes fueron excepcionales en muchos sentidos, pero vivieron vidas torturadas, tanto mental como físicamente.